jueves, 19 de diciembre de 2013

Los chicos enchufados todo el día a la tecnología son cada vez más

Los chicos enchufados todo el día a la tecnología son cada vez más

¿Despertador? Ni hablar. Los saca de la cama la alarma del celular. O el iPod, o la computadora, al activar las órdenes que programaron con relativa anticipación. Viajan en colectivo o caminan por la calle ajenos a los "sonidos" de la ciudad, enchufados a su reproductor de música digital, frenando el paso cada tanto para enviar o chequear mensajes de texto con su teléfono celular. Usan el chat y el messenger para "charlar" con sus amigos, publican historias y fotos en Internet con la naturalidad de quien escribe un recado en papel e incorporan rarezas tecnológicas con la facilidad intuitiva de quien mamó esa lógica desde la cuna. Son la generación digital, adolescentes y jóvenes hiperconectados que viven lo virtual y lo digital como un estilo de vida y un modo de relación social y personal.
Juegan, leen, estudian, escuchan música, sacan fotos, se vinculan, se hacen amigos y hasta se "encuentran" a través de Internet o de sus cada vez más polifacéticos celulares o agendas electrónicas. Para cientos de miles de adolescentes argentinos, la web, la tecnología y los entornos digitales son mucho más que un ingrediente clave en su cotidianeidad: son, sobre todo, un rasgo fundamental (y distintivo) de su propia identidad. "No ven las nuevas tecnologías como una forma de vincularse. Para ellos es 'la' forma de vincularse. Está totalmente incorporada a su cultura y a su subjetividad", explica el psiquiatra Julio Moreno, especializado en temas de Internet.

Les resulta impensable comprar un rollo de fotos o enviar una carta en papel a través de una oficina de correo. Para ellos, enciclopedia es sinónimo de Encarta y el diccionario es una página web donde ingresar una palabra y obtener al instante su significado, su sinónimo o el mismo término en otro idioma.
No hablamos de un grupo minoritario. El fenónemo, aunque en distintos grados (y de acuerdo a las posibilidades de acceso de cada sector) atraviesa a toda la sociedad
"Cada vez se conectan más los menores de 14. Los adolescentes son el consumidor por excelencia de productos tecnológicos multimediales. Navegan y chatean desde el celular, son los que envían más mensajes y los que más se bajan aplicaciones a teléfonos y PCs
Con la misma naturalidad con que sus padres levantan el teléfono o deambulan con el zapping, cientos de miles de adolescentes incorporan a diario tecnologías que están cambiando la forma en que se relacionan entre ellos y con el mundo. El lugar de encuentro ya no es la plaza, la esquina ni el club: es Internet.
"Los chicos se conectan porque allí están sus amigos. Y es un fenómeno asociado también a la restricción del espacio público. Por la inseguridad, por las corridas o porque los ambientes se achican, los lugares de encuentro se reducen. La gente se refugia en el ciberspacio porque es una manera de no estar solos y de estar comunicados"
El concepto tradicional de comunidad —y de grupo— se redefine en el marco de esta nueva tendencia. "Los códigos y reglas de esas relaciones son diferentes. Pueden fingir ser otros, abandonar conversaciones sin despedirse o entrar al chat como invisibles. Los contactos se vuelven más líquidos, más evanescentes, pero también se generan lazos y vínculos que no existirían de otra manera"

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